Abortar no es algo sencillo, no es ago que haces sin pensar en las consecuencias tanto físicas como emocionales. Tomar esta decisión es una de las cosas más difíciles a las que una mujer puede enfrentarse en la vida. Cuando te das cuenta de que tienes 25 años, sigues estudiando, no tienes trabajo ni estabilidad económica y apenas puedas cuidar de ti mismo todo lo que alguna vez imaginaste se derrumba.

Hay que tomar en cuenta que la mayoría de las mujeres tomamos la decisión en conjunto con nuestra pareja, aunque a veces nos encontramos solas. En mi caso, la decisión fue en conjunto y de alguna manera tomamos la decisión correcta, los dos teníamos los mismos motivos y nos encontrábamos en la misma situación tanto profesional como económica.

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1. ¿Cómo lo voy a mantener?

Sí, ¿cómo lo iba a mantener? Apenas estoy estudiando, no tengo trabajo… Un bebé cuesta dinero, cuesta mantenerlo, cuesta cuidarlo, cuesta alimentarlo, cuesta el simple hecho de que nazca. ¿Cuántos niños pequeños vemos día a día trabajando en las calles, pidiendo dinero, pidiendo comida? Se que esos niños vienen de familias en pobreza, sin estudios y sin información, pero aún así, la vida da muchas vueltas y el simple hecho de no tener dinero ni para una emergencia te hace pensar en todo lo que conlleva tener un bebé a esta edad y en esta situación.

2. ¿Qué pasa si mis papas no me apoyan en la decisión?

En el mejor de los casos mis papás me apoyarían tanto emocional como económicamente, pero, si tengo hijos y tengo familia no me gustaría que mis papás me tuvieran que echar la mano por algo que yo provoque (aunque no haya sido planeado o haya sido un accidente) en cualquiera de los casos creo que ellos no tienen ningún tipo de responsabilidad en el caso y no tienen por que cargar con mi vida. Y en el otro caso me correrían, se enojarían, se decepcionarían… ¿por qué nos haría pasar por eso?

3. ¿Le puedo dar la vida que quiero que tenga?

No es que tenga en mente ser multimillonaria y feliz toda la vida, pero si espero poder tener un sustento económico estable y no tener que pasar por malos momentos en ese aspecto. ¿Realmente le podía dar esa vida en la situación en la que estaba? ¡Claro que no! Un niño merece ser feliz, merece estar rodeado de paz y amor, rodeado de felicidad y cariño, merece tener una vida buena. No podía darle esa vida estando a la mitad de mi carrera, viviendo en casa de mis padres que aunque los amo y son las personas más importantes de mi vida no me gustaría que mi hijo creciera en su ambiente. Me gustaría tener mi casa, por muy pequeña y austera que fuera, una coche propio en el que pueda llevarlo a recorrer el mundo, dinero para poder mantenerlo y no pasar malos ratos… Estoy muy lejos de eso todavía.

4. ¿Podré terminar mi carrera y ejercer profesionalmente?

Muchas personas se embarazan durante sus estudios, pero eso conlleva muchas cosas, las cuales no estaba dispuesta a hacer ni sentir. ¿Cuántas veces hemos faltado por una gripe o un dolor de cabeza? Imagínate estando embarazada, todas las citas con doctores, los dolores… No podría terminar, dejaría mis estudios a la mitad y jamás regresaría porque ya teniendo un bebé es mucho más difícil todo, te lleva todo tu tiempo, calma, cuerpo, sentimientos…

5. ¿Estoy muy joven?

Mis padres me tuvieron a los 17 y 19, sin embargo, era otra época y todo era muy diferente. Yo a mis 25 años todavía estoy estudiando y la vida ahora es muy cara y complicada, en otro momento a mi edad estaría vistiendo niños y de tía solterona, pero hoy tengo todo por delante en todos los aspectos. Estoy en el momento de fiesta, de probar cosas, tomar alcohol, fumar, viajar… Los 25 años son una edad muy complicada para tener un bebé desde mi perspectiva.

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Quiero decir que esta decisión la tome estando consciente de todo, no me lo tome a la ligera, lo pensé y llegué a la conclusión de que traer un bebé a este mundo en este momento de mi vida sería un error tanto para mi pareja, para el bebé y para mí. Toda mi vida me he imaginado siendo madre, pero nunca pensé que llegaría en un mal momento de mi vida…